jueves, 1 de enero de 2009

Nuevo

La llamaban La Ifel,
por su metro ochenta y porque hacía el mejor francés.
Puta de 10 euros, seguro q no buscaba su amor de invierno
si no un paquete con una solvente american express.
Y cuando aquel 24 de diciembre, se recostó en la cama
pensando en cuadros de lautrec, de colegas fulanas,
mientras un mengano con gafas protectoras de lujuria,
con un rabo alquilado en el corte inglés,
sabor a mantequilla rancia,
a un nesspresso
a un disparo de kurt cobain,
le llenaba de hadas y duendes,penetrándola
apretando los dientes,
ella pensaba en cómo olerían las cosas q no huelen
y porqué ella no lo sabía
si era porque era puta, o porque ahora todo le olía
como a un cinco, de channel,
de imitación, barato
de los chinos o vete tu a saber,
y así continuó un rato, pensando
en cosas sin interés, en su niñez sin infancia
o en su adolescencia con madurez.
Y terminó el bufón su espectáculo y sola se quedó
Champán para todos, sin copas ni protocolos.
Mientras rodaba por el suelo la botella vacía,
dormitaba la puta que era dama de día.

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