domingo, 14 de junio de 2009

Un poema de cristales y hierro,
mientras recuerdo que las palabras son sólo letras juntas
te imagino diciendo te quiero con los ojos cerrados
y la boca muy abierta.
Que tristes se quedan los versos
cuando tú no estás en ellos,
mirando la cuneta y viendo pasar el tiempo;
cada vez más rápido, cada vez queda menos...
Y allí permanezco, entre cristales y hierro
viendo escapar mi vida
viendo huír mi deseo.